Enfermedad...

Tengo de aquellos síntomas que me impiden divertir del todo, donde cada sonrrisa es en realidad una gran mueca que se esfuerza en permanecer, donde mi voz alcanza un grado de impostación tranquila y las letras esquivan pesadamente el nudo de mi garganta, donde mis cejas se arquean acompañando a mi boca, cejas cada día más calvas tratando de luchar contra su forma fruncida, donde me esfuerzo en concentrar mi mirada en un fondo más allá, y mis ojos se cierran, no quieren ver de frente, en cualquier momento rompo a llorar, donde el tono amarillo verdoso de mi rostro viene a ser la resignación de mis males y mis manos roñosas el intento fallido de mi actuar, donde la delgadez de mi cuerpo expone cada vez más mi alma que se esfuerza en combinar con mi vestir. No hago más que negar.

Tengo de aquellos síntomas que no les encuentras inicio, pero si les deseas un final.